lunes, 17 de febrero de 2014

Cosas que Produjo el accidente de Challenger.

El accidente produjo la paralización de los vuelos durante 32 meses. El siguiente lanzamiento de un transbordador no se produciría hasta el 29 de septiembre de 1988. La NASA ordenó la construcción de un nuevo transbordador para sustituir al malogrado Challenger; éste sería finalmente el Endeavour, que voló por primera vez el 7 de mayo de 1992. El presidente Reagan creó un grupo de expertos encargados de analizar el accidente, la Comisión Rogers. La comisión determinó que la organización y sistema de toma de decisiones de la NASA había contribuido sustancialmente al accidente. Los directores de la NASA tenían conocimiento desde 1977 de que el diseño de los cohetes aceleradores sólidos del contratista Morton Thiokol tenía un defecto potencialmente catastrófico en las juntas tóricas, pero no lo habían resuelto adecuadamente. También ignoraron las advertencias de ingenieros sobre los peligros en el lanzamiento provocados por las frías temperaturas de aquella mañana y no habían informado adecuadamente a sus superiores de estas preocupaciones. La Comisión Rogers hizo nueve recomendaciones a la NASA que había que poner en práctica antes de continuar los vuelos de transbordadores.



Mucha gente vio el lanzamiento en directo, ya que en la tripulación iba Christa McAuliffe, la primera miembro del Proyecto Teacher in Space. La cobertura de los medios de comunicación sobre el accidente fue extensa: un estudio reveló que el 85 por ciento de los estadounidenses interrogados había oído las noticias durante la hora posterior al accidente. El accidente del Challenger ha sido utilizado como caso de estudio en muchas discusiones sobre la seguridad en ingeniería y la ética.

Challenger (1983-1986).

El Transbordador de Challenger fue el Primer transbordador accidentado de la NASA que causó la muerte de sus siete tripulantes, provocando la cancelación de los vuelos durante varios años.
 
 
La retirada del Transbordador Challenger y el Transbordador Columbia, se debe a su antigüedad, al coste de sus operaciones y al nuevo mandato de la NASA de explorar más allá de la órbita terrestre, pone punto final a “la segunda gran era en la exploración espacial”, en palabras de Valerie Neal, del Museo Nacional del Espacio. La primera se vivió en los años setenta tras la última misión del Apolo, el programa que consiguió que el hombre pisara la Luna.

Mitos Sobre la Tragedia de Challenger.


Tras una extensa serie de viajes exitosos, el transbordador espacial Challenger acudía a su último lanzamiento, un gélido 28 de enero de 1986. Los informes oficiales afirmaron que, apenas algunos segundos después de haber despegado, una falla en las juntas tóricas provocó la desintegración de la aeronave justo antes de alcanzar la estratósfera. Desde el trágico accidente, los rumores a lo largo y ancho del mundo comenzaron a fluir incesantemente. Poco se sabía por entonces, en medio de la consternación, pero el tiempo no corrió en vano y las investigaciones permitieron echar luz sobre los mitos sembrados a raíz el accidente. 


¿Cómo ocurrió el accidente del Challenger?

El accidente se produjo por un mal funcionamiento de las juntas tóricas, unas juntas que deben asegurar la perfecta estanqueidad de los cohetes aceleradores. La noche anterior al accidente fue especialmente fría, lo que hizo que las juntas no cerraran bien y se produjo un escape de gas. La fuga de gas perforó el depósito principal de combustible, que terminó envuelto en llamas.


Accidente del Transbordador Challenger en video.

El accidente del transbordador espacial Challenger se produjo el martes 28 de enero de 1986, cuando el transbordador espacial Challenger explotó 73 segundos después del lanzamiento, provocando la muerte de los siete miembros de la tripulación —Francis "Dick" Scobee, Michael J. Smith, Ronald McNair, Ellison Onizuka, Gregory Jarvis, Judith Resnik y Christa McAuliffe. La nave se desintegró sobre el océano Atlántico, frente a la costa del centro de Florida (Estados Unidos) a las 11:38 EST (16:38 UTC). Ha sido calificado como el accidente más grave en la historia de la aeronáutica.